Comprender la epilepsia
La epilepsia es un trastorno neurológico caracterizado por crisis recurrentes y no provocadas.
Estas crisis están causadas por una actividad eléctrica anormal en el cerebro, que puede afectar a diversas funciones mentales y físicas.
La epilepsia puede variar significativamente en gravedad y tipo, desde episodios breves, casi indetectables, hasta convulsiones prolongadas y graves.
Concertar una cita
Si observas estos síntomas en tu hijo y te preocupa la epilepsia, es importante que solicites una evaluación completa a un profesional sanitario.
Concertar una cita con nosotros puede ayudarte a obtener un diagnóstico adecuado y a desarrollar un plan de tratamiento eficaz para controlar la enfermedad de tu hijo y favorecer su seguridad y bienestar.
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Reconocer los síntomas de la epilepsia
Puedes observar varios signos en tu hijo que podrían indicar epilepsia:
- Convulsiones: El síntoma principal de la epilepsia, cuyo aspecto puede variar mucho.
Las crisis pueden incluir:
- Convulsiones generalizadas: Afectan a ambos lados del cerebro y provocan convulsiones, pérdida de conciencia y rigidez muscular.
- Crisis de ausencia: Breves episodios de mirada fija o pérdida de conciencia, a menudo confundidos con soñar despierto.
- Crisis focales: Se producen en una zona del cerebro y pueden implicar movimientos, sensaciones o cambios de conciencia inusuales.
- Crisis tónico-clónicas: Antiguamente conocidas como convulsiones de gran mal, implican convulsiones de todo el cuerpo, rigidez muscular y pérdida de conciencia.
- Aura: señal de advertencia antes de una crisis epiléptica, que puede incluir sensaciones, olores, sabores o sentimientos de déjà vu inusuales.
- Comportamientos inusuales: Movimientos repetitivos, confusión o falta de respuesta que pueden indicar un ataque, sobre todo si ocurren con frecuencia o sin explicación.
- Síntomas postconvulsivos: Tras una convulsión, el niño puede experimentar confusión, fatiga, dolor de cabeza o pérdida temporal de memoria.
- Convulsiones generalizadas: Afectan a ambos lados del cerebro y provocan convulsiones, pérdida de conciencia y rigidez muscular.
- Crisis de ausencia: Breves episodios de mirada fija o pérdida de conciencia, a menudo confundidos con soñar despierto.
- Crisis focales: Se producen en una zona del cerebro y pueden implicar movimientos, sensaciones o cambios de conciencia inusuales.
- Crisis tónico-clónicas: Antiguamente conocidas como convulsiones de gran mal, implican convulsiones de todo el cuerpo, rigidez muscular y pérdida de conciencia.